10 técnicas para hackear el estrés en tu vida cotidiana

El estrés es un estado desagradable, pero necesario: aunque cada persona entienda la palabra de manera distinta (el estrés en cada uno se desencadena en circunstancias y contextos distintos), lo cierto es que la ansiedad y el estrés pueden ser útiles para ejecutar acciones concretas, así como para movilizarnos a través del reflejo de contraataque y el escape.
En animales, el estrés es la clave de la vida y la muerte: un momento de estrés al reconocer la presencia de un depredador permitirá escapar y vivir otro día para relajarse y reproducirse… 
No obstante, el estrés continuado representa importantes peligros para la salud tanto física como mental: el corazón se quiebra por estrés más que por desamor, y la ansiedad psicológica es la receta para mantenerse deprimidos.
Con un poco de  autorreflexión podemos ayudar a mantener en un nivel moderado los efectos negativos del estrés. En momentos estresantes, estos diez puntos pueden servir:
1.-Aprecia lo que tienes
Un viejo proverbio dice que el secreto de la riqueza es apreciar la porción que tenemos delante. No se trata de ser mediocres ni conformistas, sino de cultivar el agradecimiento como llave para habitar el presente.
2.-No te obsesiones con el “hubiera”
El “hubiera” es la llave de toda ficción creativa, pero también es el disparador del estrés y la preocupación: lo que le estás diciendo realmente a tu cerebro con estas preguntas es que debe volver en el tiempo y tomar otras decisiones. Esto es imposible, pero es tu cerebro, así que tratará de hacerlo. El resultado es vivir en un lugar (imaginario) donde la posibilidad de actuar quedó cancelada.
3.-Mantén una actitud positiva
Sabemos que el optimismo aveces es una ilusión, pero existe una razón por la que funciona: introducir pensamientos positivos dentro de un mar caótico de hipótesis ayuda a ordenar el deseo y la ansiedad. Si te es difícil invocar actitudes positivas, simplemente piensa en un momento donde te hayas sentido bien o hayas sido feliz en el pasado.
4.-Desconéctate
Estar conectado día y noche al celular y las pantallas es absolutamente desgastante: asegúrate de poder desconectarte durante un buen periodo de tiempo, de manera que tu cuerpo pueda experimentar una distancia real con el estado de estrés. Los dispositivos electrónicos son herramientas que ayudan a nuestras mentes a trabajar: nuestras mentes no son extensiones de dichos dispositivos. Busca la forma de mantenerte humano.
5.-Limita tu consumo de cafeína
Aunque un delicioso café tiene antioxidantes y puede disparar benéfica adrenalina, un exceso de esta sustancia puede hiperexcitarte e instalarte en un estado de estrés continuo. Lo bueno del café es que te permite entrar en este estado de alerta necesaria para responder a muchas cosas en muy poco tiempo (por eso es preferible tomarlo por la mañana), pero necesitas darle tiempo a tu cuerpo para que lo procese y lo deseche.
6.-Duerme
No solemos prestar mucha atención a este punto: pensamos en el dormir como si fuera una parte de la vida que se realiza automáticamente, pero en realidad pasamos 1/3 de nuestra vida durmiendo en condiciones poco satisfactorias. La falta de sueño aumenta el estrés porque tu cabeza compensa el descanso con cortisona y adrenalina: tu cerebro cree que no duermes porque estás —por ejemplo— escapando de un depredador o cuidando a tus crías durante una helada. Así que cierra todo y dale a tu cuerpo algo de descanso.
7.-No te regañes
¿Recuerdas esa voz que aparece en tu mente cuando te vas a dormir, cuando vas manejando tu auto o en el transporte público? ¿Esa voz que te recrimina por todo lo que no hiciste, o hiciste mal, o no hiciste a la perfección? Bueno: esa voz también es fuente de estrés, y el hecho de que no “exista” no la hace menos real. Se trata de un censor interno que forma parte del superyó y es necesario para enfrentar dilemas morales; pero es preciso limitar conscientemente su incidencia en tu vida cotidiana, pues su parloteo y sus regaños son desgastantes emocional e intelectualmente. Es como tener una bocina siempre encendida en el fondo de tu mente. Lo que puedes hacer para identificar este discurso es estar atento a palabras como “peor”, “nunca”, “insuficiente”, o “mediocre” cuando pienses en ti mismo(a). Recuérdate que son pensamientos, no hechos, y ponte a hacer algo relajante.
8.-Busca nuevas perspectivas
Las condiciones subjetivas de la realidad están determinadas por tu actitud, encuentra la forma de hacer soportable tu existencia en un lugar insoportable. Cuando te encuentres pensando “todo está mal” o “nada funciona aquí”, piensa qué es exactamente lo que está mal y lo que no funciona; esto te ayudará a darle dimensión objetiva a tu preocupación subjetiva y a encontrar una solución práctica para ella.
9.-Respira
¿Sabías que la manera más sencilla de relajarte y disminuir el estrés es ponerle atención a tu respiración? Meditar es básicamente eso: respirar con atención. Ese viejo consejo de contar hasta 10 para no enojarte es inútil si no inspiras y expiras entre cada número: la meta es pasar los 10 segundos concentrándote en tu respiración, a pesar de que otros pensamientos busquen distraerte. Si puedes estar un minuto o dos respirando conscientemente, te encontrarás increíblemente más relajado(a) que cuando comenzaste a contar. Haz la prueba, no pierdes nada: el aire (todavía) es gratis.
10.-Construye un sistema de apoyo (verdaderas “redes sociales”)
“Nadie es una isla”, es tentador pensar que uno pueda hacerse cargo de todo a solas, pero para acceder a un grado razonable de tranquilidad en medio de un mar de ocupaciones lo mejor es aprender a delegar y a pedir ayuda. Se trata de identificar a familiares, amigos y colaboradores que pueden convertirse en aliados en momentos de estrés: no se trata de una visión instrumental y mecanicista de la gente, sino de confiar en ellos para algo que te rebasa a ti. Piensa que se siente bien cuando alguien te pide tu opinión para resolver un problema, o simplemente para conocer tu opinión sobre algo que le preocupa. Invertir tiempo y energía en las personas que quieres es una forma de crear verdaderas redes sociales que estén ahí para ti en momentos de dificultad.



Fuente: http://pijamasurf.com/2015/02/10-tecnicas-para-hackear-el-estres-en-tu-vida-cotidiana/

Los 12 peores hábitos para la salud mental

La depresión es parte del acervo cotidiano de hábitos, parece ser ya una forma constante en la máquina contemporánea que nos aliena. La rutina de las redes sociales, la movilidad corporal y el estado anímico son comportamientos que si adquieren formas inconscientes sabotean tu estilo de vida.
Estas son las 12 formas en que ejerces ese sabotaje:
1. Caminar encorvado
La personalidad, la composición física y el estado de ánimo, afectan la postura considerablemente al ánimo, las personas que caminan agachadas experimentan peores estados que las que tienen una postura más erguida. El lenguaje corporal decaído muestra el pensamiento negativo bajo el que uno se encuentra.
Cómo mejorarlo: Levanta el mentón, evita las posturas encorvadas frente a la computadora. Camina erguido, alinea la columna y los hombros. Te sentirás extraño al principio pero puedes llegar a una corrección total de la postura. Si no la recuerdas, acuéstate en el piso y levanta la frente, coloca los hombros en el piso y sujeta poco el abdomen.
2. Tienes adicción a las fotos
“El lente de la cámara es un velo ubicado frente a los ojos de las personas y estas no se dan cuenta de que está posado delante de ellas,”. Ya sea selfie o para Instagram, sacar fotos de todo lo que se vive y hace, va logrando que se obstaculice la forma en que se percibe y recuerda el mundo, por ejemplo, un grupo de participantes en un paseo por un museo, en el cual se dedican a tomar fotos de algunos objetos, mientras otras personas sólo presenciaban el tour. A los que fotografiaron los objetos, se les hace más difícil recordar el contexto y las características relacionadas con ellos, mientras que los que observaron directamente sí pudieron fácilmente recordar la información relacionada con ellos.
Qué hacer: Observa las cosas alrededor para contextualizar foto o, deja de tomar tantas fotos.
3. Permitir que un "bully" desgate lo mejor de ti
El bullying existe en todos lados, escuela, trabajo, casa, calle. Más del 70 por ciento de las personas han reconocido haber tenido que lidiar con colegas abusivos en su trabajo, explica el doctor Erin K. Leonard, psicoterapeuta en ejercicio y autor del libro Terrorismo Emocional:Rompiendo las cadenas de una Relación Tóxica.  Cuando las personas sufren ataques maliciosos continuos dentro de los lugares en los que deben preservar su dignidad y autoestima puede ser una situación devastadora para ellas. Los abusos constantes hacen vuelva volátil tu salud emocional y pueden ponerte en una situación en la que incluso algo tan sencillo, como el levantarte en las mañanas para ir a trabajar, se convierta en una tarea difícil de realizar.
Cómo salir del bullying: Primero, visita a un doctor para discutir tu salud física y mental. Después, cuando hayas documentado la mayor cantidad posible de interacciones con el bully, sigue el plan de acción de tres pasos de la organización.
4. No haces ejercicio
Si te haces más activo al menos tres días a la semana, tu riesgo de estar deprimido disminuye en un 19 %. Existe una clara correlación entre la actividad física y la depresión. Las personas que estan deprimidas son menos activas, mientras que aquellos más activos tienen una menor tendencia a deprimirse.
Cómo solventarlo: haciendo ejercicio. Cualquier actividad física al menos cuatro veces a la semana, correr, nadar, practicar bicicleta, ir al gimnasio, o practicar algún deporte, pueden bajar tu nivel de depresión.
5. Postergas las cosas
Dejas para después lo que puedes hacer hoy (procrastinar), es una de las formas de no hacer lo que no nos gusta hacer; lo que genera ansiedad, miedo al fracaso y destruye los nervios.
Hazlo ahora: Practica ejercicios antiestrés, terapia ocupacional, de gritos o escucha un poco de música, trota, ve al parque o a la lucha libre. Ya que es importante que las actividades en las que te involucres puedan desintegrar la ansiedad. Incorpora diversión a tus hábitos. Y sobre todo haz las cosas ¡ahora!
6. Te tomas la vida demasiado en serio
Si te enoja que las cosas no se hagan como tú crees. O cualquier cosa puede destruir tu día por lo más mínima que esta sea: ríete de las cosas. La risa es un remedio muy infalible para la ansiedad y depresión.
Cómo reírse: promueve y exponte diario a la hilaridad, no es sólo que dejes de tomarte en serio las cosas o que te rías. Lee libros comicos, pasa el tiempo con amigos risueños o que hagan tu vida más risible.
7. Estás en una relación tóxica
Hay personas que sufren de ansiedad y depresión sin saber que eso obedece a que están inmersos en una relación sentimental tóxica para ellos. Ese tipo de relaciones devoran la autoestima de las personas. Sus compañeros sentimentales les hacen creer que son incompetentes o egoístas. Algunas veces, a las personas les toma varios años para percatarse de que su depresión y ansiedad se originan en las relaciones sentimentales que sostienen, las cuales con el tiempo pueden llegar a desmantelar su seguridad personal por completo.
Cómo enfrentarlo: Es posible que necesites ayuda. Primero, lee las señales que tienes a tu alcance para determinar si tu pareja está siendo abusiva contigo. Luego, pídele a un profesional, a un familiar o a un amigo cercano que te ayude a corroborar si los símbolos que has detectado son reales. De ser así toma cartas en el asunto.
8. No duermes lo suficiente
Dormir es el recurso indispensable para poder restituir la energía. “Dormir afecta todo”. Sin el sueño nuestro sistema biológico no podría funcionar correctamente ya que es el mecanismo bajo el cual nuestros organismos se regeneran del desgaste sufrido por la actividad diaria.
Duerme bien: Toma las medidas necesarias, usa tapones para los oídos, no pienses en nada al acostarte, medita, descansa en tiempo necesario, promueve la oscuridad, no comas mucho antes de acostarte, anota cualquier preocupación o pendiente que tengas por hacer y descansa.
9. No puedes estar solo
Entre los amigos, la pareja, los compañeros de trabajo, tu mascota o tu hijo, no te es posible encontrar un momento. Es importante contar con al menos 10 minutos para uno mismo, y que no sean en la ducha o en el baño.
Registra tu tiempo: Agenda también el tiempo a solas. Aprende a disfrutarlo y a evitar la ansiedad de estar solo; y cumple con ese compromiso.
10. No hablas con nadie
Si eres asiduo a las redes sociales para mantenerte ‘en contacto’ con tus conocidos, no estás teniendo un contacto significativo con ellos. Las páginas de Facebook son de entretenimiento, no son conversaciones reales que nos permitan entender a las personas. Al contrario, disminuye nuestras experiencias y sentimientos. Los electrónicos personales (como los celulares) también impactan en la atención, en la necesidad de tener una gratificación inmediata, y en las expectativas que tiene una persona de que, al oprimir un botón, puede tener una conexión instantánea con alguien. También tener únicamente interacciones virtuales impacta en nuestra habilidad e interés para sentarnos en un mismo lugar con alguien y tener conversaciones cara-a-cara.
Cómo cambiar: Recuerda que los amigos ‘reales’ son más importantes que los likes.
11. No puedes vivir sin tu teléfono móvil
Recuerdas cuando no dependías de los gadgets. Si no lo puedes hacer, estás en problemas. Todos los dispositivos que tenemos tienden a sobreestimularnos y, si siempre estamos en línea, entonces nunca descansamos realmente y no regeneramos nuestros cuerpos y nuestras mentes. Lo cual desemboca en depresión y ansiedad, pues en realidad no ‘hablas’ con nadie.
Cómo modificarlo: cambia tus hábitos, crea un día de descanso a la semana de los aparatos electrónicos (aunque sea sólo medio día). Si dios descansó un día, tú por qué no.
12. Estás haciendo mil cosas al mismo tiempo
Como escribió Ray Bradbury, es más fácil hacer una buena novela, que escribir mil cosas malas al mismo tiempo. En la contemporaneidad realizamos más de una labor al mismo tiempo, comemos revisando Facebook, vamos al baño y leemos, nos vamos a acostar mientras estamos en WhatsApp o sacamos fotos para Instagram en una fiesta.
Toma en cuenta: Hacer muchas tareas no es ser más productivo, tampoco hacerlas aceleradamente. Suelta el teléfono y presta atención a tu alrededor.




Fuente: http://pijamasurf.com/2015/08/los-12-peores-habitos-para-tu-salud-mental/